El reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico

El diagnóstico inicial del reflujo gastroesofágico se basa en los síntomas. Sin embargo, si estos son diarios o es necesario mantener tratamiento farmacológico durante más de 2-3 semanas, es conveniente realizar exploraciones dirigidas a conocer:

1. Existencia o no de reflujo.

2. Existencia o no de complicaciones derivadas del reflujo.

3. Descartar otras lesiones que clínicamente se parecen al reflujo y tienen un tratamiento y un pronóstico diferente.

En el reflujo gastroesofágico el diagnóstico y tratamiento están relacionados, puesto que se considera criterio diagnóstico la respuesta a la terapia antisecretora.

En todos los casos se deberán adoptar medidas higiénico-dietéticas encaminadas a reducir la presión intraabdominal. Después se indicará tratamiento con fármacos que son muy eficaces en la mayoría de los pacientes.

Si todas estas medidas fracasan, se puede realizar tratamiento quirúrgico para resolver el problema de manera definitiva.

Causas del reflujo

Existen factores dietéticos o formas de vida que pueden contribuir al reflujo gastroesofágico.

El chocolate, la pimienta o especias, la menta, las grasas, el café y las bebidas alcohólicas favorecen la relajación del esfínter esofágico inferior y, por lo tanto, el reflujo. También el tabaco produce relajación del esfínter.

La existencia de una hernia de hiato favorece el reflujo gastroesofágico, aunque no es su única causa.

Todas aquellas situaciones que supongan un aumento de la presión intra-abdominal (obesidad, embarazo, determinados tipos de ejercicio físico) favorecen también el reflujo.

Síntomas

El ardor o quemazón («pirosis» en términos médicos), que asciende desde el estómago hacia la garganta, es el principal síntoma del RGE. Es posible que se asocie al paso de alimentos ácidos o amargos desde el estómago a la boca.

Generalmente empeora tras las comidas, especialmente con los alimentos que favorecen la relajación del esfínter o con excesos dietéticos. En muchos casos también empeora durante el descanso nocturno o cuando se flexiona el tronco.

En algunos casos los síntomas predominantes son respiratorios: afonía o carraspera (por irritación de la laringe por el ácido refluido) o incluso asma o dificultad respiratoria (por aspiración del ácido a la vía respiratoria).

Clínica Universitaria de Navarra

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