Muchos de estos medicamentos como la amoxicilina-ácido clavulánico o la penicilina, alteran el equilibrio entre los diferentes tipos de bacterias en el intestino o la cantidad de éstas, reduciendo la microbiota normal, de manera que se favorece la aparición de molestias gastrointestinales, náuseas y vómitos o principalmente diarreas. En general, las diarreas son autolimitadas y mejoran espontáneamente al cabo de unos días. Cuando son abundantes (4 deposiciones al día, de consistencia líquida) es importante la ingesta abundante de líquidos para evitar la deshidratación y el desequilibrio electrolítico (pérdida de los minerales que hay en el cuerpo, como el sodio y el potasio) y es conveniente seguir una dieta astringente. Si la diarrea es grave, existen medicamentos antidiarreicos como loperamida o racecadotrilo.
Ante cualquier padecimiento no dude en consultar a su médico en GASTROCLINICA